Nota#19 "Las siete vidas de un gato sonriente"

¿Creen que es posible vivir más de una vida? Volver a experimentar las mismas emociones y sentimientos una y otra vez, revivir experiencias, volver a conocer a las mismas personas vida tras vida, aunque sea en una forma distinta, amar y odiar a la misma persona una y otra vez.

A veces cuando pienso en esto, me gusta creer que el destino tiene un plan para nosotros que debemos cumplir, que nos deja pistas o guías para llevarlas a cabo, pero que son nuestras propias decisiones, nuestro libre albedrío quien nos pone en el lugar en el que estamos.

Me imagino que desde la creación del Universo sólo existen un número especifico de almas, todas con un destino, pero no todas fueron capaces de seguirlo, no todas estuvieron a gusto con el plan que fue escrito para ellas por lo tanto la secuencia de hechos fue imposible de cumplir, desde entonces han estado repitiendo vida tras vida hasta lograr finalizar su su camino o al menos lo intentan.

Creo que todos estamos aquí por algo, desde algo sencillo como dar ánimos a una persona cuya vida está destinada a lograr algo beneficioso, y que sin nuestras palabras o apoyo no podría lograrlo.

Me gusta perder mi tiempo pensando en este tipo de cosas, en cada una de las personas que he conocido y nos imagino en otro tiempo, en cualquier ciudad posible del mundo, con otros cuerpos y me pongo a imaginar en qué tipo de circunstancias nos pudimos conocer, sobre todo en toda la maravillosa gente que he conocido pero que se encuentra a kilómetros de distancia.

Amar y odiar, el amor y el odio son sentimientos muy poderosos, creo que en verdad son capaces de resistir en el tiempo y nacer las veces que sean necesarias. En lo que no creo es que se desarrollen de la misma forma, creo que es posible amar y odiar a la misma persona, que en una vida la amarías profundamente pero en otra el odio sería tan fuerte como el amor, pero el sentimiento estaría siempre uniéndolos.

Otra cosa que no creo, es en la posibilidad de ser tú en cada una de esas vidas. Somos quienes somos por las experiencias que vivimos, y aun cuando fuera posible vivir esas mismas experiencias en el momento exacto, dudo que las procesemos de la misma forma. Han pensado que han estado a punto de conocer al amor de su vida, a su mejor amigo, o esa persona que está a punto dar sentido a su existencia pero dieron media vuelta, o bien ya hemos conocido a esas personas en nuestra vida pero no les hemos dado la importancia.

Creo en una fuerza capaz de unirnos una y otra vez, pero que todo dependerá de nosotros, de las decisiones que tomemos, sean correctas o incorrectas. Lo curioso es que nunca lo sabremos.

Una cosa que me gusta hacer cuando pienso en mis posibles vidas pasadas es imaginarme en distintas circunstancias, en esta vida soy maestra, pero antes pude ser escritora, pintora, musa, guerrera, madre, esposa, consorte, mártir, monja, o solo una simple mujer más, desde ser la esposa de un rey que murió decapitada o bien una pueblerina que murió de hambre. Mis posibles muertes son otra cosa en la que pienso, desde una muerte turbulenta como ser envenenada, asesinada, atropellada, como una más tranquila, en las veces que morí joven y las veces que tuve una larga vida.

Pienso en los hombres y mujeres que posiblemente ame, en todos los acontecimientos históricos que pude vivir, las guerras que llegue a presenciar, en toda la gente que dañe y en quienes tal vez ayude. Se imaginan ser la mujer que inspiro grandes obras, o bien que en esta vida ames tanto un libro que posiblemente tú escribiste en una vida pasada o estar viendo una pintura que tú mismo pintaste o bien inspiraste, pensar que los libros de historia nos están narrando una antigua vida. Cuando se piensa las posibilidades son infinitas.

Cuántas veces hemos sido los héroes, los villanos o un simple personaje secundario o de fondo. Cuántas veces vivimos un amor intenso y cuántas otras solo lo contemplamos desde lejos.

Me pregunto si en algún momento de esta transición, entre morir y nacer será posible que seamos conscientes de todas las vidas vividas.

Cada que pienso en todo esto, pienso en Lewis Carroll, es mi única constante en todos estos pensamientos, infantilmente siempre he creído que lo he amado en todas las vidas que he tenido, o bien que estoy destinada a amarlo en todas mis vidas aun cuando tenga otra forma y se dedique a otro labor. Cuando era pequeña llegue a pensar que pude nacer en su época, un poco más cerca de él, y que simplemente lo estoy amando otra vez.

Tal vez es posible, tal vez solo volví a enamorarme de su creación, tal vez también sufrí por todas las injusticias que llegaron a decir de él, pero al final volví a descubrir la verdad y seguí amándolo, o bien en mi otra vida nunca descubrí su verdad y lo odie hasta el final, o solo es mi sueño más hermoso, puede que aunque solo haya sido una vez, estuvimos juntos, en el mismo tiempo, en el mismo lugar.

Quiero creer que nos llegamos amar tantas veces y de distintas formas, que no solo lo he amado de la forma en que lo hago ahora que él ya no está. Quiero creer que en esta vida lo amaré dos veces, que amaré su recuerdo y lo que este recuerdo ha hecho por mi vida y que también lo amaré una vez que lo encuentre en su nueva forma.

Tal vez ha vuelto a ser escritor, tal vez sigue pensando en maravillas e impregnando páginas de sus ideas, puede que en unos años encuentre su nueva historia, puede que esta vez no sea necesario caer por la madriguera del conejo o tener que atravesar un espejo, tal vez para llegar a su nuevo mundo tenga solo que abrir una puerta o subir una escalera. Solo estoy soñando con algo que nunca voy a tener, pero el corazón de esa niña de cinco años se niega a creer lo contrario, prefiere seguir soñando con un imposible.

A veces me pregunto si no lo he rechazado ya o si cuando lo vuelva a conocer no lo olvidaré por seguir amando su otra vida. La idealización que tengo de Lewis Carroll es demasiado fuerte como para que cualquier otra persona compita con ella. Que difícil es estar enamorada de un muerto, es un vacío demasiado grande de llenar, que yo misma he cavado. Reconozco que he dejado vivir esto demasiado tiempo.

Realmente no creo en la reencarnación, pero es maravilloso imaginar tantas posibles historias.

No estoy muy segura de porque he escrito todo esto, pero estoy feliz de abrir mi corazón para ustedes.