Reseña: Labios de carmín de Ramón L. Morales

Título: Labios de carmín.

Título original: Labios de carmín.

Autor: Ramón López Morales.

Editorial: Viento Azul Ediciones.

Género: Poético, contemporáneo.

SINOPSIS:

En un barrio de arrabal existe un negocio que abre sus puertas a los solitarios, a los sedientos de piel y cerveza.

Ahí, los hombres beben ansiando olvidar por un momento lo que son, y lloran en silencio por lo que nunca serán.

Las luces apenas dejan ver a la figura que sube al escenario, a la mujer que gusta de bailar mostrando su desnudez y ocultando su tristeza y soledad.

Pero a veces algo sale mal: uno de los asientos desea algo más de lo que puede pagar, y los golpes inician; la sangre brota con su luz escarlata mientras que los ojos de ella observan y sus labios de carmín sonríen.

La noche apenas comienza.

OPINIÓN DE CHESSY:

Hoy vuelvo para traerles una historia de autor M E X I C A N O.

Aprovechando que entre los #LectoresRebeldes ganó la opción de leer un autor mexicano de nuestra preferencia (mucho de ello por mí insistencia) para la lectura conjunta de septiembre, fui por esa lista de libros que comencé hacer desde que mi principal cometido es leer más HECHO EN MÉXICO o al menos que tenga a mi hermoso y maravilloso país como escenario principal. El caso es que esa lista crece y crece y yo aquí con tan poco tiempo y dinero para poderla reducir.

No sé si ustedes lo sepan, Chessy tiene poco de saberlo, pero hay una gran cantidad de autores mexicanos con increíbles historias regados por todas las esquinas de México y otros países. He llegado a sentir una gran presión por no conocerlos a todos aún.

Bueno, al final lo deje al azar, que fuera lo que tendría que ser y tada, el boleto ganador fue Labios color carmín, historia que muy amablemente el autor, Ramón L. Morales me facilitó hace un par de meses, y ahora que lo escribo, quiero pedirle una disculpa por todo el tiempo que tarde. ¡Perdón Ramón L. Morales no era mi intención!

También disculpen mi parloteo incesante, ya estarán acostumbrados, pero les cuento, Labios color carmín tiene como escenario principal un burdel, ese tipo de tugurios donde hombres y mujeres van a dejar su dinero a cambio de alcohol y calor corporal pasajero.

¿Alguna vez se han preguntado qué clase de vida tienen otras personas? ¿Se han detenido a pensar cuáles son los sueños, aspiraciones o pensamientos de las personas con las que se cruzan? Yo lo hago demasiado, me invento historias en la cabeza constantemente, para mí fue placentero leer una historia que retratará esas vidas, de personas que alguna vez te cruzaste pero que nunca les prestaste atención, de esa chica de largas piernas con ropa provocativa y diminuta que usa tacones altos, el hombre de pasos tambaleantes con la ropa desaliñada y manchada al que claramente se le percibe olor de cigarrillos y alcohol en el aliento, o el joven ansioso de placer con suficiente dinero en los bolsillos dispuesto a pagar por más experiencias, todos caminando en las aceras, cobijados por la poca luz de las farolas y la Luna, todos encaminando sus pasos al mismo lugar.

Me gusta preguntarme que decisiones provocan que termines en un lugar determinado, que acto inocente no debiste realizar para evitar llegar al lugar donde estas, de que decisiones se arrepienten y que oportunidades desean tanto poder tomar, pero más importante, ¿qué les detiene ahí?

Ramón L. Morales nos cuenta la vida de todos aquellos que pasan parte de sus vidas en un burdel situado en una calle marginada de alguna ciudad de México. Llegamos a conocer la vida de las chicas que se ganan la vida subiéndose al escenario para irse desprendiendo poco a poco de sus ropas al ritmo de la música, meseros que aprovechan la intoxicación de los pobres clientes, un desafortunado hombre con un pasado doloroso que sin otro lugar a donde ir encuentra un refugio entre las luces neón, un policía retirado que presta su experiencia y servicios, del dueño que una vez joven estuvo lleno de sueños, esperanzas y proyectos pero que ahora que los años, las malas noches, el alcohol y las pésimas decisiones le han pasado factura solo le queda rendirse.

Me da un poco de vergüenza admitir, que tuve que leer dos veces el libro, me sentí algo mensa al darme cuenta que no había entendido la historia, entre tantos personajes narrando su historia entre el pasado y el presente puede que confundieran un poco mi mente dispersa que sólo disfrutaba de la pluma del escritor. Leer dos veces este libro me permitió disfrutar un poco más del estilo de escritura de Ramón L. Morales, sin duda alguna lo que más he amado de este libro ha sido eso, la magnífica forma de expresarse que ha tenido, la forma de narrar, los diálogos, las descripciones, he pensado que ha sido eso lo que no me permitió entender la historia en un principio, puede que me encontrará un poco embelesada con la narración que no preste atención.

Quiero comparar su forma de escribir a la sensación de comer uno de esos chocolates rellenos de cerezas y licor, el sabor del amargo chocolate, la dulzura de las cerezas y la alegría que te embarga cuando el licor finalmente se apodera de tu lengua. Leer este libro ha sido un enorme placer.

Algo más de lo que quiero hacer mención, es de la portada, quiero que regresen a ella y la observen, vean cada detalle, el contraste de los colores, las formas, es una bellísima ilustración, de entre todos los libros que me ofreció Ramón L. Morales, este fue el que inmediatamente me llamó la atención. Fue como si la mirada de esta chica me retara a adentrarme entre las páginas de su historia, que bien que no me resistí. Solo me queda decir que no pierdan la oportunidad de leer Labios de carmín, déjense seducir por sus páginas.

CITA DEL LIBRO:

SOBRE EL AUTOR:

Ramón L. Morales es tapatío de nacimiento. En su etapa de estudiante trabajó en varios oficios y empleos, los que le dieron amigos e historias; algunos de esos amigos se alejaron, algunas de esas historias esperan para ser contadas. Siempre ha disfrutado de caminar por las calles de la ciudad, sus grietas y bondades; el silencio cada vez más distante de la medianoche. A través de estos recorridos pudo conocer un poco lo que hay dentro de sus pensamientos, o al menos le ayudó a que la imaginación agitara sus alas. Con el tiempo tuvo la idea de escribir algunas palabras, las cuales las circunstancias convertirían en novelas, cuentos y poemas. Escribió los libros: IRC, historia de mi diálisis; Una esperanza de vida, crónica de un trasplantado renal; Bastian, siempre seremos amigos; Hoy y siempre amigos; Sueños de Luna; Oro y noche; Labios de carmín y Jandy, una promesa al atardecer. También ha participado en algunas revistas y antologías independientes. Tuvo la suerte de toparse con grandes personas de los cuales ha aprendido y está seguro que seguir haciéndolo. Y a seguir andando que el camino está lleno de sorpresas.